Guadalajara cuenta con una maravilla culinaria que no se encuentra en ningún otro lugar de México o del mundo.
El secreto de este platillo radica en el birote, un pan que se produce de manera especial en la región y que, gracias a la presión atmosférica, impide que se deshaga al contacto con la salsa.
Existen varias versiones sobre el origen de las tortas ahogadas.
Una de las más arraigadas cuenta que un campesino llegó a su casa hambriento y tomó lo primero que había en su casa. Los ingredientes que combinó fueron un birote, carnitas, frijoles y salsa roja.
Aunque el resultado era un poco incierto, el hombre se dio cuenta de que en realidad era un manjar.
Otra versión señala que las tortas surgieron en el puesto de José, un local en el Centro de Guadalajara, en donde se preparaban tacos de carnitas a los que se les ponía salsa así que lo mismo habría sucedido con las tortas.
Las tortas son un birote salado al que se le unta frijoles y se rellena de carnitas para bañarse en salsa roja. Se acompaña con cebolla desflemada y limón además de que se le puede agregar salsa picante.
En la capital de Jalisco es posible encontrar tortas ahogadas de otras variedades como las que se rellenan de camarón, pollo o de queso.
Por ser el platillo tradicional de la ciudad, es posible encontrar tortas ahogadas en infinidad de lugares tanto en puestos establecidos como mercados y locales y aunque cada persona suele recomendar un lugar en específico, lo cierto es que prácticamente en cualquier lugar son sumamente deliciosas.