Batopilas se localiza en las entrañas de una de las barrancas más profundas de la Sierra Madre Occidental, llamada también Sierra Tarahumara; para llegar al Pueblo Mágico, se toma el ferrocarril Chepe en Chihuahua y se hace escala en Creel, a partir de ahí, se viaja por 3 horas en una de las carreteras más espectaculares no sólo de México, sino del mundo.
Hay quienes aseguran que después de conocer el pueblo, su vida no vuelve a ser la misma, ¿será que son hechizados por la riqueza ancestral de la cultura rarámuri y por los majestuosos paisajes que se abren paso entre barrancos que parecen no tener fin? El origen de Batopilas se remonta a 1632, cuando una banda de exploradores encontró en este inhóspito rincón, ricas vetas de plata, zinc y oro. Entonces, la tierra atrajo la mirada de prominentes empresarios, como Alexander Shepherd, llamado en la historia como “el padre de Washington”. El magnate hizo que Batopilas resplandeciera y fuera una de las ciudades mineras más importantes del mundo: construyó escuela, hospital y la Hacienda de San Miguel.