Ubicadas en el corazón de la Sierra Tarahumara, las Barrancas del Cobre son un símbolo histórico y cultural para el estado de Chihuahua y uno de los destinos turísticos predilectos de viajeros nacionales e internacionales. Esta red de 20 cañones es cuatro veces más extensa que el Gran Cañón del Colorado en Arizona y llega a tener acantilados de hasta 1,870 metros de profundidad. Esto le brinda paisajes privilegiados que han convertido a este destino en uno de los más famosos del norte de México. Pero, además de sus hermosas vistas naturales, hay muchos otros atractivos turísticos que hacen a las Barrancas del Cobre una locación única.
Parque Nacional Cascada de Basaseachi
Este parque es uno de los atractivos más populares de las Barrancas del Cobre, pues desde ahí se pueden admirar las dos cascadas más profundas de México: la cascada de Basaseachi, que le da el nombre a este parque y tiene 246 metros de caída libre, y la cascada de Piedra Bolada, con 453 metros de altura. En el lugar, aunque no a la vista de los turistas, hay venados, mapaches, tejones y nutrias de agua dulce. Desde su mirador se pueden contemplar paisajes llenos de pinos y encinos, así como las paredes de una verticalidad impresionante de hasta 1,600 metros.
Diversidad climática
Este territorio es de temperaturas extremas, pero esto solo da mayores atractivos a los viajeros. Debido a que las Barrancas del Cobre abarcan cientos de kilómetros, en la misma fecha y recorrido puedes experimentar distintos escenarios climáticos que van desde lo subtropical hasta lo gélido. Cada estación del año tiene su encanto: pasado el verano el paisaje se enverdece y la temperatura es amable; durante el invierno los bosques cubiertos de nieve resultan una experiencia maravillosa. Esta variedad climática le da a las Barrancas del Cobre una riqueza impresionante en flora y fauna; casi el 30% de las especies de mamíferos terrestres registrados en México se ha localizado en esta sierra chihuahuense, entre las que se distinguen el oso negro, el puma, la nutria, el venado cola blanca y el lobo mexicano, entre muchos otros.
El Chepe
El tren Chihuahua-Pacífico, mejor conocido como Chepe, es una joya ferroviaria para los pasajeros y el billete de entrada a las maravillas que ofrecen las Barrancas del Cobre, como sus acantilados, pueblos mágicos y cascadas. En su recorrido diario de 653 kilómetros, desde la ciudad de Chihuahua hasta las playas de Los Mochis, Sinaloa, tendrás la opción de pernoctar en distintos destinos y podrás disfrutar de privilegiadas vistas naturales y ferroviarias. El Chepe es una de las atracciones más anheladas por los turistas.
Parque de Aventura Barrancas del Cobre
El Parque de Aventura Barrancas del Cobre se ha convertido en la novedad turística favorita de los viajeros que disfrutan de las actividades extremas, pues en este lugar se pueden realizar escaladas a rapel, salto en liana, subirse al ZipRider, una de las tirolesas más largas del mundo, con 2,550 metros de largo, y apreciar desde un teleférico las Barrancas del Cobre en un recorrido de tres kilómetros. Para quien no goce las actividades en las alturas, también se puede disfrutar del senderismo guiado.
Este parque es considerado uno de los más impresionantes de su tipo en el mundo.
Riqueza cultural
Las Barrancas del Cobre son el hogar de los indígenas rarámuri o tarahumaras. Su presencia en el lugar significa un enriquecimiento histórico, ya que son uno de los pocos grupos étnicos que sobrevivieron luego de la evangelización de los jesuitas entre 1601 y 1767. Conservan una fuerte herencia cultural, que se puede presenciar durante sus celebraciones como las «tesgüinadas», donde danzan acompañados por instrumentos como el chapareque y beben tesgüino, una bebida fermentada de maíz, para reafirmar los lazos comunitarios y ofrendar al sol y a la luna para que les concedan las lluvias.
El pueblo de Creel
Este precioso pueblo es el punto de partida a muchas otras atracciones de las Barrancas del Cobre, pero por sí solo resulta ser una experiencia cautivadora. En el lugar se pueden encontrar todos los servicios turísticos como hoteles, restaurantes y actividades guiadas. Gracias a sus bellas construcciones, sus abundantes bosques y la riqueza cultural del pueblo rarámuri, Creel se ha convertido en una parada obligada durante el recorrido por la Sierra Tarahumara.