¿Ya conoces la magia de los viñedos de Querétaro?

“La ruta del arte, el queso y el vino” en el estado de Querétaro se ha convertido en un destino obligado para los amantes de la gastronomía y los paisajes magníficos. Aunque el apogeo de este itinerario turístico es relativamente reciente, la historia de los cultivos de uvas se remonta hasta la época de la conquista. 

Fue hasta los años 80 del siglo pasado que Querétaro recuperó la actividad vinícola, luego de que en 1821 una plaga acabara con las zonas vitivinícolas. Actualmente, la extensión de los viñedos abarca cerca de 500 hectáreas y se ubica en el área entre Bernal y Tequisquiapan, a un poco más de una hora de la capital queretana. 

Al visitar los viñedos es importante que armes un buen itinerario para que tengas tiempo suficiente de conocer su historia, tan rica como la degustación de bebidas y alimentos. Los propietarios de estos increíbles lugares han implementado medidas sanitarias para poder continuar con las visitas completamente seguros.

Cualquier época es ideal para realizar este recorrido; durante todo el año los viñedos celebran fiestas y eventos para sus visitantes. Estos son los tres viñedos que no puedes dejar de visitar durante tu recorrido por la ruta de los vinos queretanos.

Puerta del Lobo

Este es quizá el más cosmopolita de todos los viñedos. Además de la variedad gastronómica gourmet en sus tres restaurantes, tienes la opción de recorrer sus campos productores de uvas a pie, en bicicleta o en tren. Sin duda, la actividad más fascinante que ofrecen es la de crear tu propio vino y embotellarlo con tu nombre en la etiqueta.

Viñedos Azteca

Este viñedo tuvo su primera cosecha en el año 2005, pero la hacienda donde se ubica data del siglo XVIII. Goza de hermosos paisajes y un inmueble que crea una atmósfera muy mexicana y lo diferencia de las demás fincas. Además, podrás disfrutar de un mágico recorrido a caballo por los campos vitivinícolas.

Finca Sala Vivé by Freixenet 

Fundada en 1889 en Barcelona, Cataluña, esta finca llegó a México casi cien años después, para convertirse en el viñedo más prominente de Querétaro gracias a que fueron los primeros de toda la región en producir vinos espumosos. Sus instalaciones están rodeadas de bellos jardines y una privilegiada vista al monolito de Peña de Bernal.