Originaria de los valles centrales de Oaxaca, la tlayuda es uno de los «antojitos» más más emblemáticos de este estado.
Se trata de una tortilla de maíz nixtamalizado de forma ovalada puede llegar a medir hasta 30 centímetros de largo.
Su nombre proviene del náhuatl ‘tlao-li’ que significa «maíz desgranado». La terminación ‘-uda’ se refiere a la abundancia.
El maíz llamado «bolita», que es muy popular en los valles centrales de Oaxaca, da origen a este suculento manjar.
Los zapotecos de esta zona elaboran las tlayudas con esta variedad de maíz porque es la única con la que se obtiene esa forma y consistencia especiales.
La masa de maíz bolita tiene una textura principalmente semiquebradiza, que le da a las tlayudas sus características específicas de calidad, sabor, olor, rendimiento y presentación.
El sabor de las tlayudas es único gracias a que las tortillas se hacen con la técnica de «tueste», que es que se queman levemente; además esto permite que duren mucho tiempo sin descomponerse.
Los ingredientes básicos que componen una tlayuda son frijoles, quesillo, col o repollo, tomate, aguacate y salsa.
Debido a su importancia dentro de la comunidad oaxaqueña, la tlayuda fue declarada como parte de los platillos de esa entidad dentro de la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.
Actualmente, el consumo de tlayudas dentro y fuera de Oaxaca muestra una reinterpretación del patrimonio y la variedad gastronómica en dicha región y en todo el país.