Su nombre original era Pameje, de origen mazahua, el cual cambió durante los primeros años de la Colonia cuando recibió el título de San Francisco del Valle de Temascaltepec, para que años después, durante la segunda mitad del siglo XIX, adoptara el sencillo nombre con que ahora lo conocemos en honor al general Nicolás Bravo.
La presa de Valle de Bravo es el atractivo más apreciado por muchos de los visitantes; en su embarcadero puedes rentar lanchas para pasear o pescar.
Este Pueblo Mágico del Estado de México tiene todo para disfrutarse por tierra, agua y aire. Sus atractivos y las diferentes maneras de conocerlos despertarán en ti las ganas de visitarlo durante varios fines de semana.