Estamos en uno de los países más hermosos que existen en el mundo en cuanto a sus paisajes e historia. Los pueblos mágicos forman parte de nuestra identidad; además muchos los puedes visitar durante un fin de semana y disfrutar de su arquitectura, calles, comida y hospedaje.
En este artículo te presentamos los pueblos mágicos de México que no puedes dejar de visitar y experimentar su magia:
Bacalar, Quintana Roo
Bacalar es una laguna cerca de Chetumal. Su nombre viene del maya «bakhalal» que significa “cerca o rodeado de carrizos”.
Cuando ves de frente la laguna tienes la sensación de observar una ilusión óptica creada por diversos destellos de agua en tonos de azul que van desde el más oscuro, pasando por el turquesa, hasta llegar al más transparente.
Este regalo de la naturaleza se lo debemos a siete cenotes distribuidos a lo largo de la laguna de Bacalar, cuya longitud es de 43 kilómetros. Dependiendo de la hora del día, los rayos del sol van iluminando las entradas de las diferentes cavernas subterráneas, lo que permite que los viajeros apreciemos la gama de colores y sus diversas profundidades.
Dentro de las actividades que puedes realizar en esta espectacular laguna están: kayak, snorkelling o buceo, para que puedas explorar este laberinto acuático.
Aquismón, San Luis Potosí
Aquismón es uno de los pueblos mágicos más importantes de la región de la Huasteca Potosina. Su nombre significa en huasteco «árbol al pie de un pozo», que seguramente hace referencia al Sótano de las Golondrinas.
Entre las bellezas naturales que se encuentran en Aquismón, destaca la majestuosa cascada de Tamul, con una caída de 105 metros sobre el río Santa María. No te puedes perder un recorrido por el río Tampaón, de aguas turquesas, ideal para practicar el rafting y descubrir sus cuatro cañones.
Es ideal para las personas que aman la aventura: puedes practicar el rapel, escalar, hacer kayak, bici de montaña, parachute rafting o wingsuit flying; aquí te podrás lanzar a la conquista de espectaculares ríos, cascadas y los impresionantes sótanos y cavernas que abundan en la zona.
Cadereyta de Montes, Querétaro
Visitar este Pueblo Mágico es una experiencia única ya que es la entrada a la Sierra Gorda queretana. Es un municipio con gran diversidad geográfica, que tiene un clima semidesértico en el sur y bosques en el norte. En 2011 fue nombrado Pueblo Mágico gracias a su historia y a su magia heredada de los pueblos originarios de la región, así como por sus diversos atractivos turísticos.
Sus edificios, obras de arquitectura colonial, invitan a conocer más sobre la historia del lugar. En Cadereyta se puede contemplar en toda su majestuosidad el paisaje queretano, además de disfrutar de su gastronomía, cultura y tradiciones. Es un destino importante de enotursimo, pues cuenta con varios campos vinícolas y es parte de la Ruta del Vino y del Queso de Querétaro.
Coatepec, Veracruz
Desde hace varias décadas, Coatepec es la región cafetalera de mayor tradición en el país. Situada en un entorno embellecido por cerros, cascadas y saltos de agua, Coatepec mezcla el encanto colonial con la fascinante vida silvestre.
Coatepec posee una excelente cocina; si buscas algo gourmet, prueba la sopa de pan y el estofado de gallina; si eres de gusto más tradicional, disfruta de la inconfundible cecina coatepecana, truchas o langostinos, y pan horneado a la leña. De postre, saborea sus helados o licores hechos de café, mandarina, macadamia, limón o maracuyá.
Además del paisaje, el café y la gastronomía, su arquitectura, sus tradiciones y la calidez de su gente le han dado un lugar en la lista de los Pueblos Mágicos de México.
San Pablo Villa de Mitla, Oaxaca
Este pueblo está rodeado por enormes cerros que forman un verde tapiz durante la temporada de lluvias; aquí está una de las zonas arqueológicas más importantes bajo cuyos palacio se han encontrado enterrados a personajes sobresalientes y sacerdotes. Fue habitado por zapotecos y mixtecos en distintas épocas, por lo que destaca la mezcla cultural. Su nombre en náhuatl significa «lugar de los muertos».
En Mitla se pueden adquirir diversas artesanías como ropa típica hecha con telares de lanzadera y pedal, hamacas, sarapes, tapetes, jorongos y manteles tejidos a mano.
Además, se puede apreciar una gran variedad de collares y pulseras, gargantillas de materiales naturales y figuras moldeadas de piedra.
Su oferta gastronómica es amplia, en especial, el mole en sus diferentes variantes: negro, verde, amarillo y colorado, así como hígado con huevo y segueza, un platillo hecho a base de caldo de res o cerdo, con maíz tostado, hoja santa y otros ingredientes.
También puedes disfrutar de bebidas como el chocolate de agua, el atole de maíz o de panela, el chocolate-atole, el tejate, el pozol, el agua de chilacayota, el tepache, así como el mezcal que sirve de aperitivo.
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