Uno de los platillos más clásicos de la cocina mexicana navideña y de Semana Santa son los romeritos.
Los romeritos son una planta, también conocida como quelite salado que, aunque en algunas partes es considerada fauna invasiva, en la cocina mexicana adquiere todo un nuevo significado.
Según expertos, su origen data de tiempos prehispánicos y surge de los campos de México y Estados Unidos.
Físicamente es una planta con apariencia de arbusto que alcanza una altura de 60 a 100 centímetros con hojas verdes, carnosas, de flores pequeñas y frutos secos.
Suele cultivarse en suelos alcalinos y lugares pantanosos.
En México, son 10 las entidades en las que se cultivan con fines gastronómicos, principalmente en el centro del país.
La Ciudad de México es uno de los estados en donde más se producen destacando Tláhuac y Xochimilco como las principales zonas.
Le sigue el Estado de México donde Chalco tiene una de las producciones más notables a nivel nacional.
Se cree que la preparación actual de los romeritos data de la época colonial cuando se cocinaban sobre una salsa o de mole acompañados con papas, nopales y camarones secos.
Además, suelen utilizarse como una guarnición para pescados o mariscos.
Aunque es un platillo que tiene también detractores, no cabe duda de que son parte esencial de las cenas navideñas y con su consumo se fomentan los productos agrícolas del campo mexicano.