Celebramos el Día Mundial de los Océanos

Celebramos el Día Mundial de los Océanos. Foto de ONU

Este 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos, una fecha en la que recordamos la importancia de estos ecosistemas. 

Este día recuerda a todos el importante papel de los océanos en la vida cotidiana pues son los pulmones de nuestro planeta.

También constituyen una fuente importante de alimentos y medicinas así como una parte fundamental de la biosfera.

En 2023, el tema de este día es «Planeta oceánico: las corrientes están cambiando» como una forma de visibilizar la protección de este tipo de ecosistemas.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el océano cubre más del 70 por ciento del planeta. 

“Es nuestra fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la tierra y prueba de ello es que el océano produce al menos 50 por ciento del oxígeno del planeta”, detalla la ONU.

Además, alberga la mayor parte de la biodiversidad de la tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. 

El océano también es un factor clave para la economía pues según estimaciones, en 2030, habrá 40 millones de personas trabajando en temas relacionados con este ramo. 

Pese a la importancia de los océanos, la ONU también indicó que en estos momentos necesita más apoyo que nunca. 

Y es que cerca del 90 por ciento de las especies marinas están en peligro y el 50 por ciento de los arrecifes de coral destruidos, es nuestra obligación velar por el bienestar del mar. 

“Debemos trabajar juntos para crear un nuevo equilibrio en el que no agotemos todo lo que este nos ofrece, sino que restauremos su vitalidad y le devolvamos una nueva vida”, aseguró la ONU. 

Así, este día también debe servir para recordarnos que somos los protectores y guardianes de este ecosistema que tanto nos ha dado. 

Neandertales, primeros humanos en alterar el ecosistema

Neandertales, primeros humanos en alterar el ecosistema. Foto de Pixabay

Restos de carbón dejados por incendios así como el análisis de plantas obtenidas de un claro de bosque de Alemania, revelaron que no fueron los Homo Sapiens, como se creía, sino los neandertales, quienes comenzaron a alterar el ecosistema

El descubrimiento se realizó en la zona arqueológica de Neumark-Nord, en Alemania, en un área que se cree que formaba parte de un espeso bosque que se extendía desde Países Bajos hasta Polonia. 

En dicha zona se compararon las regiones donde habitaron los neandertales con aquellas que no tuvieron este tipo de población. 

Las observaciones llevaron a determinar que la zona de Neumark posee una densidad vegetal menor a las zonas aledañas. 

El hallazgo, que se sumó al descubrimiento de vestigios de otras actividades humanas como sacrificios de animales con herramientas de piedra y restos de carbón, muestra que el área se vio transformada por la presencia de los homínidos. 

Especialistas detallaron que pese a que se sabe que la región contaba con amplios lagos donde coexistían animales como leones, hienas y elefantes con animales que eran usados como ganado, en un periodo relativamente corto esta zona perdió sus características. 

Las pruebas permiten señalar que la llegada de los homínidos a la región propició la modificación del ecosistema, principalmente por la acción del fuego

Es probable que esta especie humana habitaran el lugar por un periodo mayor al de otras regiones gracias a la disponibilidad de agua y refugio y a que se podían obtener grandes animales en las orillas de los vasos lacustres. 

Esto explicaría la manera en la que la acción humana pudo haber transformado de manera sobresaliente el entorno natural. 

Aunque no se puede descartar la teoría de que el fuego apareció naturalmente en el ecosistema, un estudio previo detalló que el uso del fuego ya se compartía por los homínidos

Por esa razón, los expertos señalan que no sería sorpresivo el impacto humano en ecosistemas mucho antes de lo que se creía hasta el momento. 

Estudian contaminación provocada por desechos de perro

Estudian contaminación provocada por desechos de perro. Foto Estudian contaminación provocada por desechos de perro Luisa Chica para Unsplash

Científicos de la Universidad de Gante, en Bélgica, comprobaron que las heches y la orina de perro añaden cantidades importantes de fósforo y nitrógeno a los ecosistemas que pueden generar un impacto negativo

La investigación se centró en cuatro reservas naturales de Gante, en el norte de Bélgica, donde se encontró que los perros aportan en promedio 11 kilos de nitrógeno y cinco kilos de fósforo por hectárea. 

Esto implica una fertilización que hasta el momento se había ignorado pero que podría resultar perjudicial para la biodiversidad y el buen funcionamiento del ecosistema. 

Los especialistas señalaron que la cantidad de nutrientes que los perros dejan con sus heces es siginificativa pero detallaron que nunca se había elaborado algún estudio que permitiera conocer este tipo de datos.

El estudio se basó en analizar el comportamiento de los perros en cuatro reservas de Gante en 418 momentos distintos a lo largo de 18 meses. 

Así pudieron desarrollar modelos de varios escenarios en los que se analizaba el suelo cuando los dueños del perro recogían sus heces. 

El análisis mostró que cuando los dueños levantaban las heces de sus mascotas, los niveles de nitrógeno disminuían más de 50% comparado con las regiones donde esto no sucedía. 

En el caso de los niveles de fósforo se detectó que disminuyeron 97%. 

Aunque se podría creer que la fertilización debe ser beneficioso para la naturaleza pues se convierte en abono para las plantas esto solo ocurre con las plantas que requieren de un mayor número de nutrientes. 

Esto genera que las plantas que tienen más requerimientos de nutrientes expulsen del ecosistema a plantas más raras reduciendo la biodiversidad.