Las prehispánicas propiedades de los huauzontles

Las prehispánicas propiedades de los huauzontles. Foto de Gobierno de México

Los huauzontles son una de las joyas culinarias mejor guardadas de la gastronomía mexicana. 

Pese a que cada vez es más difícil encontrarlas en mercados, estas plantas, que son de origen prehispánico, tienen un alto valor nutrimental. 

Su nombre proviene del náhuatl huauhtzontli, donde huauhtli es bledo, y tzontli, cabello; esto es, cabello o maleza del bledo y deriva de su forma ramificada. Su nombre científico es chenopodium y aunque son muy parecidos, el amaranto y los huauzontles no son lo mismo pero están emparentados.

Se ha documentado que durante el mandato del tlatoani Moctezuma su cultivo era uno de los más populares junto con el maíz, frijol y chile. 

Su consumo en esa época era hirviéndolos pero a la llegada de los españoles se prohibió su cultivo debido a que se ligaba a ritos religiosos y sacrificios humanos. 

Aunque especialistas advierten que su consumo ha disminuido en las últimas décadas, es una planta que se puede degustar en su totalidad pues su tallo también es comestible.

La temporada para consumir este alimento es durante el verano pues es cuando los cultivos alcanzan mejores tamaños. Las entidades donde se producen las mayores cantidades de huauzontles son Guerrero, Tlaxcala y Puebla.

Esta planta prehispánica contiene propiedades nutrimentales y medicinales derivadas de su contenido en calcio, hierro, fósforo, vitaminas A, C, E y complejo B, mismas que estimulan la memoria y contribuyen al buen funcionamiento del cerebro.

También aportan grandes cantidades de minerales como hierro, fósforo y calcio

Debido a su aportación de vitaminas se han catalogado dentro del grupo de los súper alimentos por lo que son una excelente opción para comer capeados o acompañados de alguna salsa

El extraordinario sabor del maíz azul

El extraordinario sabor del maíz azul. Foto de Meritt Thomas para Unsplash

Una de las variantes de maíz más llamativa y especial es el maíz azul. 

Esta clase representa el 7% por ciento del maíz que se siembra en México. 

Originario de la Sierra de Chihuahua, esta especie se produce en regiones altas además de zonas montañosas de Veracruz, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala. 

Uno de los mayores productores de este grano es el Estado de México, entidad que cuenta con una producción anual de más de 200 toneladas. 

Su peculiar coloración se debe a la presencia de antocianinas, pigmentos con un alto contenido de antioxidantes que también están presentes en otros alimentos como moras, betabel, col y alimentos azulados. 

Se ha utilizado para extraer pigmentos de exportación a los Estados Unidos y a la Comunidad Económica Europea para colorear alimentos. 

También se usa para la elaboración de totopos y frituras en Estados Unidos.

Estudios revelan que el maíz azul tiene beneficios a la salud debido a que cuenta con más proteína que el maíz normal. 

Además, tiene menos índice glucémico que el maíz blanco por lo que las personas sufren menos alteraciones en los niveles del azúcar en la sangre. 

Si bien su consumo se da en comunidades en forma de elote, tortillas, pinole y atole, se ha convertido en uno de los preferidos de todos debido a que tiene un sabor más dulce que el maíz convencional. 

Nadie puede negar que se trata de un alimento especial cuyo sabor es distintivo en cualquier platillo