Tras casi 20 meses cerrada como parte de las medidas implementadas para combatir el coronavirus, este 8 de noviembre Estados Unidos reabrió sus fronteras para viajes no esenciales.
Desde esa fecha, los turistas podrán ingresar al país con su certificado de vacunación y una prueba de COVID-19 negativa.
Esto implica que los aeropuertos y terminales de llegada de todo el país regresaron a sus operaciones como no sucedía en bastantes meses.
Por ejemplo, American Airlines, la aerolínea más grande de Estados Unidos, agendó 150 vuelos internacionales únicamente el lunes de apertura.
En Nueva York el principal aeropuerto, el John F. Kennedy volvió a sus actividades para dar la bienvenida a turistas y ser testigo de reencuentros familiares.
La actividad hotelera también se vio beneficiada de inmediato con la apertura de las fronteras.
Las reservaciones desde Europa tuvieron un repunte importante durante los últimos días y muchas personas que tenían reservaciones para otras fechas, adelantaron sus estancias.
En Miami, en la zona de Gran Miami, se espera que la actividad turística reactive la economía pues se trata de un lugar donde el turismo es la principal actividad económica.
En 2020, esta zona registró una disminución de 52 % de la cantidad de visitantes que recibe, en promedio por año.
La Asociación de Viajes de Estados Unidos estima que el cierre por el COVID-19 provocó la pérdida de 300 mil millones de dólares en ingresos y más de un millón de puestos de trabajo asociados con el sector viajes y turismo.
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, Estados Unidos es el tercer país más visitado del mundo pero el primero en generar divisas por turismo.
Así, la reapertura de las fronteras generará un alivio en el sector turístico sobre todo ante la llegada de la próxima temporada navideña.