Los últimos cinco años han sido considerados los más calurosos en la historia de la Tierra y esto se debe a la actividad humana.
Las últimas tres décadas tienen los registros de temperaturas globales más altas desde 1950 por las misma causa.
El cambio climático genera cada vez más afectaciones, como el derretimiento de glaciares y periodos de lluvia más prolongados en diversas zonas del planeta, así como sequías.
Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirman que la actividad del ser humano transforma de manera acelerada los ecosistemas y esto está provocando una rápida extinción de especies.
Los expertos denominan a la era geológica en que vivimos el Antropoceno, dominada por la actividad humana, que se convirtió en la principal causa de la desaparición de otras especies.
Si la vida natural se comparara con las 12 horas de un reloj, los especialistas estiman que, en un minuto, los seres humanos acabaron con la mayor parte de las especies.
Aunque el daño parece ser muy grande, también señalan que hay un poco de esperanza, pues no se ha llegado a niveles de extinción anteriores a la presencia de los seres humanos.
Una de las formas de comenzar a ayudar al planeta es pararnos a analizar y sentir la pérdida de los elementos naturales como lo que son: fuentes de vida.
La empatía es la primera acción para romper con la indiferencia ante el ecocidio y contribuir con una nueva actividad ecofílica que nos lleve a estar en armonía con la naturaleza.
¿Aceptaremos el reto?