Argentina vive una inusual proliferación de capibaras que ahora han invadido las zonas urbanas más exclusivas del país.
Considerados como los roedores más grandes del mundo, los capibaras habitan en la zona Nordelta, ubicada a 40 kilómetros de Buenos Aires.
Se trata de una zona habitacional que se construyó, hace 20 años sobre humedales y que en los últimos años ha registrado una particular invasión de esta especie.
Pese a que las autoridades locales aseguran que en el inicio de la construcción de dicha zona habitacional no había ningún ejemplar, defensores de la naturaleza aseguran que se trata de un regreso a casa.
Aseguran que la urbanización de la zona ha provocado que el hogar de los capibaras se modifique al punto de que, actualmente, se pueden ver manadas de hasta 400 ejemplares rondando por las calles en busca de pastos verdes.
Los vecinos de la zona pidieron el apoyo de las autoridades debido a que los capibaras entran a los patios de las casas y, en su mayoría, se enfrentan a mascotas como perros.
Además, detallaron que otro de los conflictos es que la gran cantidad de animales podría provocar accidentes automovilísticos debido a que los capibaras no saben mirar a los lados al cruzar las calles.
El debate se ha generalizado en Argentina, debido a que por un lado se quiere priorizar la vida y conservación de la fauna pero por otro lado, se debe frenar el crecimiento poblacional de la especie.
Organizaciones hicieron un llamado a responsabilizarse por el daño en el hábitat del capibara y pidieron frenar los proyectos inmobiliarios que disminuyen las zonas habitables para estos animales.