Un estudio de la Universidad de East Anglia mostró la manera en la que el cambio climático y el crecimiento de las ciudades se convierten en uno de los principales depredadores de las aves en el mundo.
El estudio se enfocó en analizar la intensidad y frecuencia del canto de las aves en los últimos 20 años.
El grupo de expertos desarrolló un sistema de monitoreo a través del cual obtuvo un registro detallado de los sonidos en los ambientes naturales y urbanizados.
Gracias al sistema se registraron y compararon al menos 200 mil grabaciones realizadas en Europa y Estados Unidos en los últimos 25 años para saber cómo ha cambiado el canto en ese lapso.
Sin embargo, los resultados que obtuvieron fueron muy desalentadores.
En los análisis se comprobó que la mayoría de los sonidos analizados en los distintos lugares ya no existen.
Debido a esto, tuvieron que recrear algunos de ellos y con eso establecer el drástico cambio entre los sonidos de hace años y los actuales.
Así se estableció que el canto ya no se encuentra en los sonidos ordinarios.
Las zonas urbanas fueron las que registraron la mayor pérdida de los sonidos a nivel global debido a la extinción de especies o por la necesidad de migrar a otros lados para su supervivencia.
Los expertos indicaron que la desaparición de las aves en los entornos urbanos responde al cambio climático y la contaminación ambiental.
Los resultados llevaron a los especialistas a pedir medidas para que los entornos urbanos generen estrategias para que regrese este tipo de eventos sonoros.
Señalaron que los sonidos de las aves inciden positivamente en la salud y bienestar de la población por lo que la pérdida de la biodiversidad provoca deterioro también en el bienestar de las personas.