Un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas detalló que la contaminación y las sustancias tóxicas causan al menos 9 millones de muertes prematuras al año.
De acuerdo con la Organización esta cifra es mucho mayor a la registrada por la pandemia de COVID-19, cuyo número fue de 5.8 millones hasta el momento.
Debido a esto, la ONU pidió acciones firmes para prohibir sustancias químicas dañinas pues detalló que dicho número de muertes multiplica por 15 a los decesos por guerras, asesinatos así como otros hechos violentos.
El documento será presentado y debatido en la próxima sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que se llevará a cabo en marzo próximo.
También se resalta que la mayor parte de las muertes se concentran en países en desarrollo con 92% de las muertes.
Esto muestra que en dichas zonas la población está más expuesta a niveles extremos de contaminación así como de la presencia de sustancias tóxicas.
Se denuncia que más de 750 mil trabajadores mueren al año en sus entornos laborales debido a la exposición a sustancias tóxicas como arsénico o diésel.
Sin embargo, pese a las pruebas que organismos han obtenido sobre la peligrosidad de estas sustancias, su producción se ha duplicado y se estima que para 2030 se volverán a duplicar.
Incluso se prevé que a mediados de siglo sustancias nocivas como el plomo provocarán cerca de un millón de muertes.
Cada vez más se estudian los efectos de la contaminación en la salud de la población, estudios revelan que la exposición a largo plazo de la contaminación del aire podría incrementar el riesgo de contagiarse de coronavirus.
Aunque numerosos estudios señalan que existe relación entre la contaminación y los contagios, aún se analizan estas opciones por lo que este descubrimiento representa un gran avance para continuar el trabajo para mitigar los efectos de la contaminación ambiental en grandes ciudades.