Las acciones a corto plazo, sumadas a las de larga duración, son la mejor estrategia para frenar el cambio climático.
Amparo Martínez Arroyo, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, consideró que ese plan de acción ayudará a disminuir los efectos del cambio climático así como mejorar la vida de la población.
Destacó que se debe tener claro que es necesario reducir el cambio climático y cambiar nuestras prácticas de emisiones; de esto depende que la adaptación y la reducción de la vulnerabilidad sean o no complicados.
Para esto se necesita más que nunca informar a la gente, el desarrollo de capacidades y una gran participación.
Diversos estudios han mostrado que la inacción para ciudades como México o en terrenos como la agricultura, el control del agua puede tener graves consecuencias sociales y económicas.
La especialista apuntó que allí es donde radica la importancia de saber que el cambio climático es una realidad y que es indispensable tomar acciones.
“Afecta a todas las regiones de forma diferenciada en los territorios, dependiendo de la geografía, pero también de las condiciones en que se encuentre su población e instalaciones; daña de manera desproporcionada a países y sectores que no necesariamente contribuyeron a las emisiones de gases de efecto invernadero”, consideró.
La Sexta Comunicación Nacional sobre Cambio Climático calculó que los costos acumulados por la inacción durante el siglo serán equiparables a perder más de 4.5 veces el producto interno bruto actual de México.
Además de que la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey presentarían pérdidas que podrían rebasar los mil millones de dólares durante la década del 2020, recordó la experta.
Aunque el panorama puede ser alarmante para México, especialistas aseguraron que aún es posible generar acciones que prevengan este tipo de catástrofes.
Las medidas tomadas ahora, podrían servir para mitigar estos efectos en el mediano plazo.